De nuevo "El Bárbaro" redacta otra de sus insufribles soluciones a juegos aventureros, que tantos dolores de cabeza provocan. Esta vez, los dolores de cabeza para solucionar el juego fueron pocos... comparados a los que tuve para conseguir que el juego funcionase. A estas alturas del s.XX, aún hay gente que cree que el sufrido usuario debe tener un master en configuración y reparación de ordenadores para conseguir que un juego (¡por Dios !) funcione.

Pero dejémonos de quejas y chorradas, y vayamos al meollo del asunto.

SOLUCION COMPLETA AL JUEGO DE ELECTRONIC ARTS TITULADO

LOS ARCHIVOS SECRETOS DE SHERLOCK HOLMES II
EL CASO DE LA ROSA TATUADA

[LOS APUROS DE WATSON | PRIMERAS PESQUISAS : ¿ATENTADO O ACCIDENTE ? | LA CONSPIRACION | EL SECUESTRO DE LA CRIATURA ENCANTADORA | ¿DÓNDE ESTA LA FORMULA ? QUIEN SABE DÓNDE... | LA CAZA DEL ESPIA ALEMAN | TRAS LA PISTA DEL ARTIFICIERO Y EL FOTOGRAFO | MISTER... ¿QUÉ? ]

Por producciones "El Bárbaro". Derechos reservados, así que mejor no los tocáis, ¿eh?

Consejos previos por si estáis 'estancados' y no queréis consultar todo el tocho :

-Miradlo TODO varias veces.
-A falta de ideas, hablad con Watson, pueden pasar cosas.
-Bueno, si eso no funciona, volved al 221B

Esta solución sigue los acontecimientos tal como los solucioné. Es posible resolver el caso siguiendo las pistas en otro orden, incluso puede que en varios diferentes. No me gustó suficientemente el juego como para probar todas las posibles combinaciones. Por ejemplo, no creo que haga falta ganar a los dardos al dandy de los billares tan al final del juego. Así que queréis consultar cosas concretas sin 'aprender demasiado', os recomiendo que uséis algún tipo de editor y hagáis búsquedas. Por ejemplo, para ganar a los dardos, usad 'search' (o lo que sea) y buscad 'dardos'.

LOS APUROS DE WATSON

Empieza el juego con un precalentamiento, para ir entrando en calor. Holmes no está para bollos ante las noticias graves que le llegan sobre el estado de su hermano Mycroft, (Mycroft-soft ? Mmm) así que el doctor decide recurrir a su sagaz ingenio detectivesco para intentar sacar a Holmes de su ensimismamiento y estado de autocompasión en el que se ha metido.

Antes de abandonar Baker Street, Watson actúa sobre la bufanda enredada en la verja, y luego despierta a Wiggins, el pillo, para charlar un rato con él.

En Scotland Yard intenta camelarse al guarda de la entrada para conseguir ver al elusivo inspector Lestrade, pero no consigue nada positivo, así que para pasar el rato entabla conversación con Augie, pérfido rufián, trilero y chafardero profesional.

Watson visita el Club Diógenes, lugar de la explosión. El mayordomo Dayley se muestra remiso a dejar entrar a nadie, y menos al doctor.

Watson acude al Hospital para visitar a Mycroft, pero topa ante un obstáculo casi insalvable, la rolliza enfermera de recepción : tras hablar con ella en vano, Watson se interesa por el pobre desgraciado que espera en una camilla a que alguien le atienda. Una vez hecho esto, Watson pregunta a la enfermera por el forense McCabe, y ésta le deja colarse.

En la Morgue, Watson interroga al forense sobre el único muerto a causa de la explosión, y éste le deja echar un vistazo a las ropas de la víctima, que están dentro del armario cercano. Tras esto, le consulta el camino hasta la sala de pacientes, para ir a ver a Mycroft.

En la sala de pacientes, Watson habla con la hermana Grace, para saber dónde está el lecho del dolor de Mycroft (y su ocupante, claro). Hecho esto, puede hablar con Mycroft, examinarlo y quitarle el anillo, mientras la enfermera está distraída buscando un vaso de agua que el propio Watson le pide previamente.

De vuelta en el Club Diógenes, Watson franquea la entrada mostrando al pesado de Dayley el anillo de Mycroft como prueba de que él mismo le envía a investigar el 'accidente'. Encuentra la caja de rapé de Mycroft y la inspecciona. Tras pasar el arco, Watson entra en la parte del edificio más afectada por al explosión. Tras examinar el reloj, tocarlo y mirar la esfera, la recoge y se la lleva para hacer más averiguaciones al respecto.

De vuelta en el piso del 221B, Watson usa la mesa del laboratorio para analizar la esfera del reloj. Para ello, raspa la esfera con el raspador, luego vierte agua destilada en la jarra, añadiendo sulfato de sodio. Finalmente enciende el mechero Butsen con las cerillas, provocando una leve pero reveladora explosión : la esfera del reloj contiene restos de material explosivo. Ahora Holmes está interesado y se hace cargo de la investigación.

PRIMERAS PESQUISAS : ¿ATENTADO O ACCIDENTE ?

Holmes pregunta a Watson para ponerse al día del estado de las investigaciones llevadas a cabo por su compañero sentimental (esto, quiero decir colega investigador). Abre el escritorio para llevarse una linterna, pero rehusa llevarse la porra, la pistola o la motosierra, dejando como siempre a Watson estos menesteres. Una vez en la calle, puede recoger unos guijarros, pero no le harán falta en todo el juego para nada productivo.

Se dirige a Scotland Yard, pero el guarda se muestra reacio a dejarle entrar. Holmes averigua sin embargo que ha perdido mucho dinero con el trilero Augie, así que decide investigar el juego del canalla. Tras hablar con Augie, y pedir jugar una partida, cuando el rufián le pide que escoja dónde está el 'as', Holmes señala... la mano de Augie, y gana. Tras esto, Holmes puede hablar con el guarda sobre los naipes trucados, las virtudes teosóficas o la gravitación universal, para poder entrar en el Yard.

Una vez dentro, primero Holmes habla con el sargento Jeremy sobre Lestrade y el preso que sufre extrañas convulsiones, al fondo del Yard. Interroga a Watson sobre el mismo preso y averigua que es un mero enfermo convulso, nada de un loco homicida que deba ser internado en un psiquiátrico. Holmes convence al sargento de que el preso no es más que un pobre enfermo, tras citarle a la sagrada Enciclopedia Británica (poneos de pie, quitaros gorras y sombreros, haced profunda reverencia, sentaos de nuevo). Tras este proceso, Lestrade se libra de la pesada hermana del supuesto loco peligroso (ahora que podía ligar, llegan ese par de... augustos caballeros y le jod... le jor... le cambian los planes). Ahora Holmes se vuelve pesado con Lestrade hasta que éste accede a redactarle un permiso para proceder a sus investigaciones.

Buen momento para ir al Club Diógenes, decide Holmes, y se lleva a Watson para allá. Tras mostrarle el permiso a Forbes, el mayordomo accede a dejarles entrar, pero se muestra como un molesto pedrusco en el calzado de Holmes. Y la sociedad victoriana no ve con buen gusto los sacrificios humanos, así que debe retener sus impulsos primarios. Tras hablar con Watson, examina, huele y recoge la caja de rapé que ya antes había encontrado Watson. Vuelve a hablar con Watson sobre la necesidad de distraer a Forbes cuando llegue el momento oportuno.

Dentro de la zona afectada por la explosión, Holmes interroga a Forbes a conciencia. Tras mirar y tocar los restos del reloj, el sillón, los escombros y la viga del fondo, habla con Watson sobre diversos temas, especialmente el de distraer a ese pelmazo de mayordomo.

Una vez Watson se lleva a Forbes a buscar setas, Holmes puede soltar la cadena de la araña de lámparas, intentar mover la viga, atar la cadena a la viga, iluminar los escombros con la linterna, rebuscar en ellos, encontrar un pequeño muelle o resorte, perteneciente al reloj destrozado. Recoge la linterna y se acabó el rollo.

Holmes se encamina con su pareja (uh) al Hospital. La enfermera se muestra de nuevo terca y no les deja pasar, ni habiendo mostrado el permiso de Lestrade. Holmes mira, examina y habla con ella, pero no hay nada que hacer. Así que decide usar una táctica ladina. Tras examinar y hablar con el paciente de la camilla, habla sobre él con la enfermera, y luego con Watson, tras todo lo cual, habla con el paciente y 'traslada' la camilla. Sin más ceremonias, Holmes accede a la Morgue.

Tras hablar amistosamente con el forense y pedir permiso para actuar, como el caballero educado que se supone que es, le muestra el permiso de Lestrade y empieza a examinar el cadáver de Sir Hubert. De nuevo educadamente, Holmes pide al forense su venia para examinar el cuerpo y su ropa. Tras examinar, oler y girar el cadáver, Holmes averigua que la explosión, aunque produjo un fogonazo de calor intensísimo, no produjo un efecto abrasador excesivo ya que la llamarada pasó rápidamente. Tras abrir el armario, puede examinar las pertenencias del finado. Buen momento para que Holmes comente con el forense lo que ha descubierto, y para compartirlo con Watson.

En la sala de curas, Holmes lee el gráfico médico de su hermano, donde encuentra el recibo por los objetos que él llevaba al entrar en el Hospital. Recoge el recibo. Tras hablar con Mycroft, hablar con Watson y pedir ayuda a la enfermera, abandonan la sala. Muestran el recibo a la gruesa enfermera de recepción para poder recuperar las llaves de Mycroft.

En casa de Mycroft montan guardia dos personajes de aspecto sospechoso. Tras intentar negociar con el gigantón de la entrada, Holmes le muestra la tarjeta, el mensaje, las llaves y el culo (bueno, eso no) no consigue convencer a Colleran, que así se llama la bestia parda, de sus intenciones. Tras hablar con el chofer, que ha reaparecido tras ausentarse para Dios sabe qué, Holmes habla con Watson sobre él. Cuando vuelve le comenta que es un hombre de Lestrade. Tras volver a hablar con Colleran y el chofer, éste les presenta a Watson y Holmes. Ahora ya pueden entrar en las habitaciones de Mycroft.

En la sala de estar, puede Holmes mover el cuadro sobre la chimenea para encontrar la caja fuerte, la cual abre en un santiamén. Pero allí no hay nada. Tras hablar con Watson, deciden entrar en el dormitorio.

Holmes examina la cartera de su hermano, mueve el candelabro, y examina los papeles. Tras hojear el diccionario, y mirar, agitar y probar la pluma, recoge los papeles a la izquierda del escritorio y se los muestra a Watson, con el cual habla de los recientes descubrimientos.

Holmes puede volver al Hospital a parlamentar con su hermano para hallar más pistas, aunque no es del todo necesario.

De vuelta a su propio piso, Holmes analiza el papel hallado en casa de su hermano en la mesa de experimentos. Tras depositar el papel sobre una bandeja, y poner un poco de agua destilada en la misma bandeja, enciende el mechero con las cerillas, y coloca el papel sobre el mechero, tras lo cual es examinado minuciosamente.

Nuevamente en casa de Mycroft, esta vez Holmes hojea la Biblia que hay sobre el atril de la sala de estar, y una vez consultado el Génesis, recoge el pergamino y se lo lleva a Baker Street.

De nuevo en su piso, Holmes analiza el pergamino en la mesa de laboratorio. Vierte agua en la jarra y añade yodo. Tras usar las cerillas sobre el mechero y encenderlo, coloca el pergamino sobre la jarra cuyo contenido está hirviendo. Tras esto, habla con Watson

LA CONSPIRACION.

Tras consultar la guía sobre el escritorio, Holmes vuelve a hablar con Watson, pues no tiene todas las direcciones de los supuestos y posibles conspiradores.

Visitan la casa de Pratt, pero la casera no les deja inspeccionar tranquilamente el lugar, así que resuelven volver al lugar más tarde.

En casa de Lord Lawton, el criado Jenkins es informado por Holmes de su identidad, y va a buscar a su amo. Mientras, Holmes examina la caja sobre el piano, el álbum que hojea también y los cuadros. También el piano y el atril le llaman la atención. Tras todo esto, intenta subir las escaleras, y el ruido delatador del primer escalón hace salir a Jenkins. Holmes le echa un vistazo, tiene manchas de tiza azul en los dedos. Tras hablar con Watson y con Jenkins pueden entrar, hablar con el lord y con Watson, pero no sacan muchas cosas en claro.

Visitan también la casa de Silverbridge, y hablan con el ayuda de cámara, pero aparte de poderse llevar unos caramelos de la fuente de la mesa, no consiguen nada más.

Vuelven al Hospital, a hablar con Mycroft (tras torearse a la enfermera de la entrada) sobre el paradero de Dewar, tras hablar con Watson van para allá.

En el laboratorio de Dewar hablan con el químico. Holmes le interroga a fondo sobre todos los temas posibles, y le ruega que examina los restos del resorte que hallara en el Club Diógenes, por si les pudiera ayudar en su investigación.

De vuelta al piso del 221B para tomarse un respiro, la Sra. Hudson les deja una nota del inspector Lestrade, sobre un caso curioso con cadáver incorporado. Tras dejar que Watson le convenza, Holmes decide investigar también este caso.

En la Aguja de Cleopatra, Holmes se las tiene con un policía estúpido, pretencioso, pomposo, ambicioso y repelente. Un breve examen de las escaleras le revela que hay pistas aún por investigar, pero decide que no le interesa levantar la liebre delante de semejante individuo.

En el Yard, Holmes interroga a Lestrade para averiguar dónde puede encontrar el cadáver hallado en el río, y al barquero que lo encontró.

En la morgue del Hospital, tras hablar con el forense, habiéndole enseñado el telegrama de Lestrade, Holmes pasa a mirar, examinar (¡oh, una rosa tatuada en el culo, Watson !), oler y cubrir el cadáver, comenta su hallazgo del tatuaje al forense. Una vez abierto el armario, y examinados sus ropajes, la sospecha de que el muerto es el desaparecido funcionario Pratt le atenaza. Tras hablar con Watson, le comenta a éste que falta la corbata entre las ropas. Quien mató al pobre desgraciado se tomó muchas molestias para evitar que el cadáver fuese identificado.

Visitan ahora la chabola del barquero, llamado Needhem, al cual interroga Holmes duramente hasta preguntarle si se llevó alguna cosa del cadáver. Tras abrir el baúl y revolverlo, encuentra una corbata, que examina minuciosamente (es de un colegio de la Universidad de Cambridge). Tras volver a interrogarle y hablar con Watson, el desgraciado saca su pobre botín. Holmes decide dárselo, pero le pide que vaya con ellos a la Aguja.

De nuevo en la Aguja, habla Holmes con Needhem. Tras iluminar las escaleras con la linterna, examina Holmes el disco brillante (un reloj) y el botón destrozado. Tras mirar las manchas sospechosas, que resultan ser de sangre, interroga de nuevo a Needhem. Esta vez se muestra más cooperativo, y averigua que el asesino respondía al nombre de Vincent, y que parecía estar bajo las órdenes de un alemán. Tras esto, Holmes continua su interrogatorio y le pide que le ayude a encontrar lo que cayó al agua. Una vez le indica el lugar, Holmes usa la pértiga con gancho para sacar de las aguas oscuras del Támesis un revólver. Tras recogerla y recuperar la linterna, Holmes comenta la jugada con Watson.

Vuelven al 221B, y tras pedirle a Wiggins que empiece a buscar a un alemán, suben al piso y Holmes analiza el reloj del finado en la mesa de experimentos. Tras poner el reloj, verter ácido clorhídrico y ácido nítrico, usa las pinzas para sacarlo y luego la lupa para examinarlo detalladamente : el poseedor del reloj era alumno del 'college' de la promoción del 1874.

Cogen el tren para ir a Cambridge . El señor Flemming está durmiendo la mona, como se averigua oliendo la taza, así que Holmes le pide a Watson que vaya a la cantina a por algo de beber. Examina Holmes los libros, y una vez Watson está de vuelta, despierta a Flemming y le interroga hasta conseguir que primero que beba para que reconozca a Holmes y luego a adivinar quién es el cadáver : Pratt. Además averigua Holmes que Lawton y Pratt se conocían ya de los tiempos de la Universidad.

De vuelta a casa, pasan por la mercería de Rumsey, y tratan de hablar primero con él y luego con la gorda señora que le mantiene ocupado. Holmes acuerda una estrategia con Watson para deshacerse de ella y luego habla con la 'madame' hasta hacerla rabiar. Luego examina las mercancías de Rumsey (se lleva un botón, que no sirve luego para nada) y le interroga sobre el botón que encontró en la Aguja.

Vuelven a la casa de Pratt, y esta vez deciden deshacerse de la casera. Consiguen averiguar dónde tomaba sus baños y otros detalles, Holmes habla con Watson para preparar el terreno y deshacerse de la casera. Hecho esto habla con ella y la convence para que se mude de ropas antes de que las fuerzas del Yard y la prensa asalten el lugar. Una vez está fuera, examina la mesa de trabajo y encuentra una aguja de sombrero de mujer, que recogen, y se meten en el arco.

Al otro lado del arco está el bohemio dormitorio del finado Pratt. Holmes rebusca en la chimenea, y encuentra una tela roja (como la que suele envolver los legajos secretos... como se entere Garzón) que recoge. Se interesa también por la pipa árabe, que examina y en la cual introduce la aguja de señora ; en la fotografía sobre la mesa, que recoge ; en los papeles sobre ese mismo escritorio ; en la carbonera, donde puede examinar y llevarse una de las cajas de cerillas, la del Weary Punt ; en la cesta de mimbre, que tras revolver revela un sello de lacre (la mitad de él) como los que se usan para los documentos secretos. Tras todo lo cual comenta los descubrimientos con Watson.

Tras una breve visita al Ministerio para intentar localizar a Whitney, acuden a los baños Neville. Holmes habla con el mozo y se hace pasar por un posible cliente, para intentar acceder a la zona de los baños de vapor, pero el forzudo no traga. Tras examinar las almohadas (y moverlas), los radiadores, el narguille y hablar con Watson sobre las pésimas condiciones higiénicas del local, amenaza Holmes al mozo con denunciarlo a las autoridades sanitarias si no le deja entrar a ver a Whitney. No le queda más remedio que acceder.

Una vez en los baños, Holmes empieza a interrogar a Whitney, que no se muestra colaborador en exceso, y rehuye informarles desde un pomposo aire de superioridad inflamada. Holmes pierde la paciencia y le mueve la toalla sobre su cabeza. Habla con él sobre la fórmula, pero se muestra reservado. Para convencerlo, Holmes usa la escoba sobre las puertas para impedirle la salida. Luego gira la válvula de la caldera a la posición 'asado en cinco minutos' para 'ablandar' a Whitney. Finalmente consiguen averiguar dónde vive la mujer de la limpieza, la Sra. Ratchet.

Vuelven a visitar a Lawton, tras informar a Jenkins de la muerte de Pratt. Tras indagar con no muchos resultados con el lord, decide ablandar a Jenkins. Tras salir de la sala de billar, Holmes trata de estirar la lengua del criado, pero éste solo accede a soltarla si hay una partida de billar de por medio.

Breve visita al 221B para interesarse en si Wiggins ha podido encontrar al alemán. Necesita algo más de ayuda para localizarle.

Buen momento para que Holmes vaya a visitar a uno de sus contactos en el Daily Telegraph. Tras hablar con él, y comprobar que ahora tiene tiempo para dedicarle, Holmes examina los curiosos dibujos y fotos retocadas que adornan sus paredes. Tras conversar con él, recoge un periódico y averigua la dirección de un artista del lápiz llamado Hemmings.

Holmes acude a visitar a Hemmings, y le pide si puede hacer un retrato robot. Éste contesta que efectivamente puede hacerlo, pero que necesita un testigo, que no le vasta una mera descripción. Holmes visita la guarida de Needhem y le pide que le acompañe a visitar al artista, cosa que acepta. Los tres se presentan en el estudio de Hemmings, y Holmes le presenta a Needhem. Tras pedirle la descripción, pasado un rato (que Holmes aprovecha para llevarse prestado un lápiz) Holmes recibe un retrato robot del alemán.

Con el retrato robot Holmes va al Daily Telegraph para hablar con Freedman de nuevo. Reconoce al alemán, se llama Erick Moellendorf aka 'Wachthund'. Freedman les presenta a Carter, empleado del Foreign Office, y empiezan una animada tertulia sobre política internacional e imperialismos teutónicos. Finalmente Holmes le conmina a que concierten una entrevista con el Káiser Guillermo, casualmente de visita en Inglaterra para visitar a su tía abuela (o algo así) la Reina Victoria.

Holmes decide ahora interesarse por Fanshowe. Visita su mansión, pero allí sólo encuentra el coñazo de su mujer. Tras hablar con ella y consultar con Watson, deciden despistarla por el procedimiento habitual, y Holmes habla con ella hasta averiguar dónde está el marido. Tras más consultas con Watson, vuelve a hablar con ella para hacerla marchar y aparece el mayordomo. Tras interrogarle sobre Avery, finalmente les facilita un posible paradero : St. James Park. Les avisa de que tiene un guardia de corps un poco bruto.

En el parque St. James Holmes habla con Birdie el organillero, y le pregunta sobre Sir Avery. Le compra comida para pájaros, y tras departir con Watson, se dirigen al lago. Tras tirar alpiste a los pájaros para que les vea el lord, habla con Watson y regresan al parque, y hablan con Birdie sobre Fred, el mono amaestrado. Vuelven al lago, y el mono despista al guardaespaldas. Holmes interroga al lord, y le comenta que Pratt ha muerto, y dónde puede encontrar a la Ratchet. Holmes descarta al lord por estar chocho.

En el barrio 'poco elegante' de Spitalfields Holmes busca desesperadamente a la Ratchet. Tras entrar en una tienda de frenología y hablar con el Doktor ; Holmes habla con Watson, momento en que aparece una conocida, Rose Hinchem, con la que habla y obtiene una pista.

Holmes se mete en la tienda de comestibles, pero el propietario se muestra poco colaborador, a pesar de que le puede comprar una manzana. Tras examinar los estantes y la comida, habla con el propietario, pero éste no colabora. Holmes examina el libro diario. Pide a Watson que se las ingenie para distraer al guarda, mientras Holmes habla con el propietario para pedirle un asqueroso bote de mermelada. Le da tiempo a leer el diario y observa que la Ratchet le debe mucho dinero. Tras hablar nuevamente con el propietario y con Watson, y Holmes abandona la tienda. Hay que dejarlo para más tarde.

EL SECUESTRO DE LA CRIATURA ENCANTADORA

Buen momento, decide Holmes, para visitar a Silverbridge. Tras hablar con el mayordomo y exigir verle, consigue, poniéndose terco, llegar hasta el amo de la casa. Tras hablar con el lord, éste se desmaya. Tras hablar con Watson, Holmes localiza sobre la mesa el tarrito con las medicinas adecuadas, usándolo para recuperar entre los despiertos al lord. Vuelve a interrogarle. Tras mirar el cuadro, Holmes le hace más preguntas... y tiene que volver a usar el tarro. Holmes habla con el mayordomo y le pide a Silverbridge la carta (volver a usar el tarro después, claro está).

Holmes examina la mesa a la izquierda y encuentra unas inscripciones. Habla con Watson sobre las marcas. Encuentra un lápiz en el suelo, lo recoge y lo frota sobre las inscripciones de la mesa. Tras usar las anotaciones ahora reveladas en el tablero de ajedrez del escritorio del lord, aparece un panel que Holmes abre. Lee la carta que encuentra en su interior.

Tras hablar con Silverbridge sobre el rapto de Virgil y el chantaje a que es sometido, Holmes se decide a encontrar la criatura y rescatarla. Le pide una foto y un objeto personal, y recoge la foto de la chimenea y la mata pequeña.

Visitan a Sherman para solicitarle que les preste a Toby, el sabueso. Holmes le examina y vuelve a hablar con él. Tras insistir, Sherman admite que el perro se ha escapado, pero cree saber dónde se encuentra.

De vuelta al Parque St. James, Holmes encuentra al sabueso acompañando a un chaval. Tras examinar tanto el libro que está leyendo como al joven lector, trata de hablar con el niño para convencerle de que le preste el chucho, pero no hay manera. Tras hablar con Watson y Birdy, debe quedar claro que necesita una nueva mascota.

Regresan al local de Sherman, y Holmes le comunica dónde y en qué circunstancias ha encontrado a Toby, y que necesitaría una mascota para el pequeño bribón. Tras examinar el reloj de cuco, habla con Watson sobre la mangosta. Recoge las galletas y las usa en el reloj (que el juego llama casa de pájaros) para capturar al mamífero. Luego Holmes habla con Sherman sobre la transacción.

De vuelta al parque, Holmes habla con el bribón, y luego le muestra la manta pequeña a Toby para que el sabueso empiece a buscar al niño secuestrado.

En Windsor, tras hablar con Watson, preguntar en la papelería mostrando la carta del chantaje, hablar con el cristalero, mostrar la manta a Toby (que se muestra aturdido) y preguntar en la inmobiliaria, Holmes decide preguntar si alguien ha comprado caramelos de menta al cristalero. Luego usa la carta del chantaje en Toby para que rastree de nuevo.

Tras departir de nuevo con Watson, examina la ventana y el buzón. Encuentra una llave, y usando el alfiler de Pratt en la llave, la recoge, y la usa para abrir la cerradura.

Holmes examina el cadáver atropellado de Millie La Roja. En la casa, huele el pañuelo y lo recoge, examina meticulosamente la botella oscura, abre la bolsa de papel y el joyero.

¿DÓNDE ESTA LA FORMULA ? QUIEN SABE DÓNDE...

De vuelta en el 221B, y tras hablar con Watson, Holmes deja a Virgil bajo la custodia de Wiggins, para que lo lleve a la tienda de Rumsey. Le muestra también a Wiggins la foto del alemán, y le pide que busque a la Ratchett. Luego, en el piso, Holmes debate con Watson

Visitan a Farthington, habla con él, y le interrogan sobre Bledsoe. Tras mirar con descaro y a fondo la agenda y consultar a Watson, Holmes presiona a Farthington hasta lograr que trate de concertar una entrevista con el nervioso Bledsoe.

De vuelta en el 221B, Wiggins comenta que el tendero de Spitalfields es el hijo de la Ratchet ; tras pedirle que investigue al alemán, Holmes se dirige a su habitación privada, abre el armario y se disfraza de proletario.

Disfrazado, Holmes visita al tendero y le saluda haciéndose pasar por activista comunista. Tras franquear la puerta, sube al piso del matrimonio Ratchet. Habla con Agnes y le muestra el resumen de Mycroft, la caja de rapé y el sello. Tras interrogarla, Holmes se decide a registrar el piso. Tras volcar la cesta de costura, echa un vistazo al sello de cera que encuentra y lo compara con el que encontró en casa de Pratt. ¡Coinciden !

Baja a la tienda, y tras examinar las estanterías, pide al tendero un poco de café, que compra. Luego Holmes vuelve al piso, mete el café en la cafetera de la chimenea, usa una astilla cercana para avivar el fuego, y usa la cafetera. Holmes examina también la pintura de la pared.

Vuelve a interrogar a la Ratchet hasta agotar la conversación y saber cómo actuó compinchada con Pratt.

Holmes regresa a los baños donde todavía está Whitney y le vuelve a interrogar. Luego Holmes va al ministerio, adonde ha vuelto Whitney, y le interrogan sobre la fórmula y Pratt. Tras examinar el documento que hay sobre su mesa, habla con Whitney, luego con Watson, y le enseña a Whitney la carta de Mycroft, tras lo que le vuelve a pedir permiso para examinar la sala de lecturas. Tras intentar recoger la fórmula y fracasar, Holmes se dirige hasta el fondo, rellena una papelera con los papelotes que ha recogido del suelo y le pega fuego. Aprovecha la confusión para 'agenciarse' la fórmula del explosivo.

LA CAZA DEL ESPIA ALEMAN

De vuelta al 221B, Holmes habla con Wiggins sobre política económica y alemanes sospechosos. En el laboratorio, examina la fórmula. Tras probar y oler el documento de la fórmula, se decide a analizarlo.

Holmes echa agua destilada en la jarra, y añade sulfato de hierro. Luego usa las tijeras en la fórmula para cortar un pedazo, y lo tira en la jarra. Luego usa nitrato de hierro en la mezcla. Queda claro que la fórmula fue fotocopiada (con el sistema de la época, claro).

Holmes visita a Hemmings para inspirarse. Tras mirar la cámara pequeña y recoger un lápiz, habla con él, abre la caja pequeña, carga la máquina, la recoge, y tras hablar con Watson, abandonan el local.

Tras pasar por el 221B, la Sra. Hudson les trae una tarjeta : pueden ir a visitar al Káiser Guillermo.

En el Kensington Palace, y tras hablar con Watson, examinar el busto del Káiser y blandir el sable, Holmes habla con el Káiser de tonterías hasta pedirle hablar con franqueza, le explica la existencia de un agente de Bismarck que actúa en Inglaterra por libre, le muestra la foto del alemán sospechoso que el Káiser identifica, y éste le facilita algunas costumbres de Moellendorf.

Vuelta a 221B para instruir a Wiggins sobre el alemán ; tras subir al piso, la Sra. Hudson les trae recado de Farthington para ir a ver a Bledsoe a su despacho.

En el despacho de Farthington Holmes interroga a Bledsoe. Tras irse comprueba Holmes el cenicero para comprobar qué tipo de tabaco fuma el hombre este.

Vuelven de nuevo al 221B, para descubrir a Virgil sólo. No quiere explicar lo que ha pasado, así que tras hablar con Jonas, Holmes suministra una ración de caramelos de menta al chaval para que se mentalice, y le vuelve a interrogar. Tras aflojar más pastillas de menta y seguir el interrogatorio. Tras hablar con Watson, se largan los dos al aeródromo de Croydon.

Watson hiere de un certero tiro en el hombro al espía alemán, que iba de incógnito, camuflado, casi imposible de identificar. Holmes recoge del suelo la espada, la blande y la examina : encuentra dentro una fotografía de la fórmula. Luego interroga a Moellendorf hasta que éste se suicida hábilmente. Tras arrancar del suelo el clavo que sujetaba una de las amarras del globo, registra Holmes al coronel muerto, la cesta, recoge su contenido, lo mira y se lleva la pistola. Luego se encamina al cobertizo en llamas, dónde, tras examinar la bufanda de Wiggins, aplica el clavo enorme en el candado, y regresan todos juntitos al 221B (se le puede hacer una foto al coronel en el momento apropiado).

TRAS LA PISTA DEL ARTIFICIERO Y EL FOTOGRAFO

Suben al piso del 221B y la Sra. Hudson les trae aviso de que pueden ir a visitar al Sr. Dewar. Holmes analiza la fórmula sobre la mesa del laboratorio : tras usar las tijeras en la foto, y echar el trozo en la jarra, añade hidróxido de Amonio ; tras esto añade a la mezcla cloroformo y
usa la varilla en la jarra para mejorar la mezcla (Colacao, colacaoooo)

En el laboratorio de explosivos y fertilizantes, Dewar ha concluido su análisis de los restos de la bomba que Holmes le facilitó, y le comunica a Holmes que cree necesario que visite a un tal Lloyd-Jones, minero barrenador y anarquista.

Breve visita al susodicho minero : tras interrogarle brevemente y hablar con Watson, parece claro que mientras esté su hermana por las cercanías el fulano no aflojará su lengua.

Holmes se decide a informar al Káiser de los resultados de las investigaciones referentes al complot de Moellendorf.

Ahora Holmes puede visitar a Lloyd-George sin que su hermana incordie. Tras examinar a fondo la pianola, apretando los pedales incluso, Holmes la manosea y la abre, encontrando una caja de puros ; tras olfatearla y examinar los billetes (que confisca) habla otra vez con
el dinamitero hasta hacerle confesar su parte en la conspiración. Abandona al moribundo, sabiendo que si vuelve por allí, le encontrará muerto y a su hermana llorando desconsolada.

Buen momento para que Holmes visite a Rumsey y se lleve una aguja y un botón si aún no los tiene. Lástima que no haya hilo y se ponga a hacer costura con Watson, pero...

Es menester aprender a jugar al billar de una puñetera vez. En el salón de billar, tras examinar la diana, la silla y retirar la chaqueta, e intercambiar unos insultos con Mahoney, es menester que Holmes mire al camarero y hable con él hasta pedirle los dardos. Tras mirar al borracho y volver a hablar con el camarero hasta que éste se digne darle una pista sobre como convencer a Mahoney, conversa con el sujeto, le invita a cerveza (irlandesa, supongo) y retarle a jugar a los dardos hasta que le venza. Una vez hecho esto, Mahoney le enseñará el secreto del billar si le reta de nuevo a jugar a los dardos. Tras abrir el maletín, sopesar y recoger la bola de billar, le pregunta a Mahoney sobre la extraña bola de billar.

Holmes se dirige a sonsacar al mayordomo de Lawton. Tras hablar con Jenkins, y hacerlo en la sala de billar, Holmes comenta con Watson los descubrimientos. Vuelve a hablar con Jenkins y le enseña la técnica del diamante (que sirve para estar eternamente haciendo carambolas, por
cierto). De regreso a la sala del piano, vuelve a interrogar a Jenkins y le pide las llaves del álbum de fotos y le cuestiona sobre sus mentiras. Tras abrir el álbum usando la aguja de Rumsey, lo hojea, dándose cuenta que falta una foto. Nuevas preguntas para Jenkins, luego tocar el piano (ouch !) y pedirle a Jenkins el tiempo que hace que nadie ha afinado el piano. "¿Cómo ?" contesta el lacayo "pero si vinieron ayer". Luego Holmes estudia la música de las partituras sobre el atril y vuelve a preguntar a Jenkins sobre la acompañante en los conciertos privados de Lawton, que resulta ser Lady Lockridge.

Visitan a la melómana (amante de la música, melones ignorantes). Tras hablar con Watson para pedirle su opinión, y examinar a la señora a fondo, las fotos, el violín y el piano, y abrir el neceser Holmes se decide a departir con la fulana aristócrata. Finalmente se ofrece para acompañarla al piano, tras lo cual, con el permiso de ella, se lleva la partitura.

En el 221B Holmes se mete en su habitación y encuentra el cilindro de la obra que corresponde a la partitura. Tras colocarlo en el fonógrafo y arrancarlo, se pone a practicar con su violín para cogerle el tranquillo.

De vuelta a la mansión señorial de Lady Lockridge, Holmes propone a la dama que le deje tocarle el violín, cosa que el detective hace. Tras esto habla con ella sobre Lawton y Jenkins. Tras examinar por dos veces las fotos sobre el piano averigua el nombre del fotógrafo, Hargrove, sobre el cual interroga a la señora de la casa.

Visita el estudio de Hargrove : bodas, bautizos, carné de identidad. Tras recoger la tarjeta de visita y mirarla (curiosa fecha, a fe mía) le echa un vistazo al libro de visitas y luego habla con el atareado retratista. Tras recoger una de las fotos de promoción, descorre la cortina.

MISTER... ¿QUÉ?

Tras apartar la cámara, le echa un vistazo a la alfombra y la mueve. También examina el biombo. Le pide explicaciones a Hargrove sobre sus actividades inmorales, impúdicas, poco éticas y erotómanas (un cibernauta de la época victoriana, señores). Luego usa la tarjeta que ha cogido antes sobre el armario y éste se abre : tras hojear y confiscar las carpetas, Holmes se muestra agresivo interrogando al fotógrafo y pide consejo a Watson sobre cómo continuar, tras mostrarle las carpetas. Luego Holmes le enseña la copia de la fórmula a Hargrove para que se orine en los pantalones y le interroga de nuevo (¡ríndete, Boyer !). Luego usa la carpeta para llamar por teléfono y obtener la dirección Holborn 232. Tras hablar con Watson, llama por teléfono para averiguar si hay moros en la costa y se largan en tromba para allí.

Tras entrar en el almacén del tal Mistery, Holmes se dedica a examinar los escritorios, a levantar cajas, a romper el calendario viejo, deslizarlo bajo la puerta, a examinar la cerradura de la puerta, a meter la aguja en la dicha cerradura, a recuperar el calendario (este truco es Copyright de Enid Blyton, o cómo se llame) y abrir la cerradura con la dichosa llave.

¡Ánimo, detectives, que esto se acaba ! Tras echar un buen vistazo al 'director general' que niega ser el tal Mistery si se le interroga, sino llamarse Jeramia M Story (bueno, Moriarty, pa qué nos vamos a engañar, ¿eh ?), Holmes se dedica a examinar el acuario. Tras abrir la caja que tiene al lado, la vuelca. Del escritorio, recoge la jeringa (ante el espanto del Dr. Watson) y echa un vistazo al libro mayor.

De nuevo interroga al maleante, intenta abrir el cajón cerrado y le vuelve a interrogar. Tras mirar al gato que se oculta cerca del escritorio, le pega un tiro al acuario de las pirañas (que el gato se merienda) y recoge el tridente de juguete, usándolo para abrir el cajón cerrado, y recoger las pruebas. Tras esto, usa el teléfono e interroga de nuevo a Misteray, y tras hablar con Watson, se lanza a la caza del malvado Vincent.

Breve visita al 221B para hablar con Wiggins, y luego una no tan rápida a la tienda de Rumsey para solicitarle su ayuda con un disfraz de marinero (¿ahora quiere hacer la primera comunión este hombre ?) y sobre como llevarlo con porte y naturalidad.

La taberna de los muelles : tras hablar con el loro, que le confiesa la clave o contraseña, le enseña la caja de cerillas al camarero (que se parece al tendero de Spitafields un montón, oiga) y le paga, y empieza a hablar con él hasta poder susurrar 'vas al este' y poder pasar tras la cortina, donde le espera Vincent Scarret... BANG BANG AGGGHHHH CHOOOOOOOOFFF ! ! ! !

THE END
****** MY ONLY FRIEND ******
THE END

Juego instalado el 22-12-96 y terminado el 27-12-96, tras unas 50 ó 60 horas de juego aproximadamente. Funciona bajo win95, pero es problemático a modo. Será un placer eliminarlo de mi disco duro. Este documento empezó a redactarse el 28/29 de diciembre y se termina el 16 de Enero (me daba mucha pereza terminarlo, mucho rollo que explicar).

Saludos a XTC 'El celestial', sin el cual no podría haberle echado el guante a este juego; a mis vecinos, que han soportado los atronadores sones de Soundgarden y Nirvana mientras redactaba estas notas; a los compinches de es.rec.juegos.comp.aventuras y a los que conocen mi secreta identidad.

Saludos cibernéticos :) ¿COMOL?

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